Un poco de odio, de Joe Abercrombie

un poco de odioAl género de fantasía épica siempre se le ha echado en cara su falta de evolución. Los mundos en los que se desarrolla la acción parecen estar atrapados en una edad medieval eterna. Eones tras eones, lunas tras lunas, de la caída de tal rey a la caída de aquel otro… Siempre atascados en un periodo que se mantiene estático. En ocasiones, esta suerte de incapacidad evolutiva se ha achacado a las continuas y brutales guerras que arrasan esos mundos. Si esto fuera así, y tomando nuestra propia civilización como la imagen real de esos mundos especulares, nosotros todavía tendríamos que ir por ahí en taparrabos. Que haya dragones liándola parda en algunas de esas historias podría ser una de las razones. Una justificación pobre si tenemos en cuenta que no toda la fantasía va de dragones y que no todos los dragones se dedican todo el día a la agotadora tarea de destruir el mundo. Así pues, siempre son muy bienvenidas todas esas historias que muestran un progreso natural a nivel tecnológico, político y social.

En Un poco de odio volvemos al Círculo del Mundo treinta años después de lo acontecido en la trilogía de La Primera Ley. Una nueva generación de personajes se une a esos otros que nos suenan, a esos otros que hemos odiado, amado y temido. Lo nuevo manifestándose con fuerza. Lo viejo resistiéndose. La revolución industrial se abre paso de forma brutal arrasando con todo lo que es arcaico y provocando daños colaterales a diestro y siniestro. Pero mientras algunos sufren, otros sacan tajada. Como es el caso de Savine dan Glokta: mujer de negocios despiadada que aparca los pocos sentimientos de los que goza cada vez que tiene que realizar una transacción suculenta. Y mientras algunos agachan la cabeza y realizan jornadas maratonianas de trabajo para subsistir, otros han decidido que ya está bien de tanta injusticia y empiezan a luchar por sus derechos. De esta forma Adua se convertirá en un polvorín a punto de estallar. Mientras tanto, el norte vuelve a ser azotado por una guerra encarnizada. Leo dan Brock contra Stour Ocaso. Una nueva generación de guerreros que quieren demostrar a sus progenitores que ya no son unos niños y que están preparados para la gloria. Así, de esta forma y con este libro, Joe Abercrombie nos da la bienvenida a La era de la Locura.

No, Un poco de odio no es lo más original que se haya escrito en fantasía. Otros autores como Trudi Canavan o Terry Pratchett ya mostraron en algunas de sus obras una evolución de sus mundos de una forma similar e incluso mejor. Pero sí que es cierto que el tono es muy diferente. Brutal, sangriento, despiadado… No en vano a Abercrombie se le conoce como uno de los principales exponentes del género grimdark. En este tipo de ficción orgullo, lealtad y honradez brillan por su ausencia y rige la ley del más fuerte. En otras palabras: el personaje más honorable es un cabronazo de cuidado. Y es sobre todo en los personajes donde el autor de obras como Filos Mortales o Antes de que los cuelguen vuelve a sobresalir. Sus creaciones son convincentes, cautivadoras y únicas. De igual forma, no se resisten a evolucionar a raíz de ciertos acontecimientos que marcarán sus vidas. A todo esto hay que añadirle que se acabaron “las fiestas de salchichas” que el autor montó en su primera trilogía. Más personajes femeninos: Savine, Ikke, Wonderful, Vick… Personajes complejos y variados, a veces fuertes, en ocasiones independientes, pero siempre abriéndose paso en un mundo regido por hombres. “Era curioso que, siempre que los hombres hablaban de libertad, nunca se refirieran a libertad para las mujeres.”

En Un poco de odio todo gira alrededor de la industrialización descontrolada, así que era casi imperativo que hubiera cierta crítica a este hecho y al capitalismo más virulento. A veces sutil, en ocasiones descarada. “El objetivo de todo gobierno es cargar el descontento en quienes sean menos capaces de hacerte sufrir por ello.” Abercrombie prescinde de cháchara introspectiva y se vale de diálogos ágiles. Palabras mordaces en labios de sus personajes. Savine dan Glokta y su círculo de amistades nos muestra el punto de vista del especulador desbocado. Mientras que junto a Gunnar (soldado con cicatrices físicas y mentales) y su familia nos enfrentaremos a las vicisitudes por las que deben atravesar las clases más bajas. Y de esa clase obrera nacerán varios movimientos revolucionarios en busca de un cambio social. Los Rompedores que quieren cambiar lo establecido y los Quemadores que, como buenos anarquistas, quieren destruirlo todo. Algunos de los pasajes más interesantes de la novela los encontrareis junto a estos revolucionarios. Un ejemplo es esa recua de prisioneros en la que el autor va cambiando el punto de vista. Saltando de un personaje a otro iremos avanzando, como si fuéramos caminando por dentro de un tren en busca del primer vagón, y descubriendo que lo que se piensa y lo que se hace, en algunas ocasiones, no van de la mano. En lo concerniente a la sangre, las heces, los orines, las tripas que se vierten, los vómitos que se expulsan y todo tipo de extremidades cercenadas y guarradas varias y típicas de los libros de Joe Abercrombie, La batalla de colina roja es el súmmum.

Y ahora viene la pregunta que muchos lectores se estarán haciendo: ¿Debo leer primero la trilogía de La Primera Ley para ponerme manos a la obra con Un poco de odio? No. Es evidente que habiendo leído la trilogía anterior tendremos una visión más completa en lo concerniente a parentescos así como con algunos hechos, pero Un poco de odio es además de una continuación una excusa perfecta para todos aquellos que quieran acercarse a la obra de Abercrombie.

En Un poco de odio, publicado por Alianza editorial, la revolución tecnológica y sociopolítica llega al Círculo del Mundo. Con el telón de fondo de la revolución industrial, el choque generacional da paso al conflicto: ciencia contra magia; pensamiento nuevo contra viejas costumbres. La sangre esta vez no solo rubrica la guerra, sino que también da inicio a un estallido social que nos deja la dulce promesa de más violencia, sufrimiento y mucho más odio.

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