Haciendo Majaradas (Diciendo tonterías)

Haciendo majaradas, de Mario Vaquerizo

Haciendo majaradas

Creo que no fue hasta el año pasado cuando conocí (televisivamente hablando) a Mario Vaquerizo. Hasta entonces ni zorra de quién era este tipo. Pero un buen día haciendo zapping me topé con él: un tío alto, extremadamente delgado y obsesionado con ello, blanco hasta casi la palidez, con melena lisa y vestido todo de negro. Había encontrado el reality “Alaska y Mario”, aunque, como comprobaría más tarde, debería llamarse “Mario y, por ahí al fondo, a veces pasa  Alaska”, y en él seguían el día a día de la, -oxímoron al canto-, singular pareja.
En ese programa me voy enterando de que Vaquerizo se sacó la carrera de periodista, que ha publicado en Rolling Stone y El País de las Tentaciones entre otros; que es mánager de Elsa Pataky (cuesta comprender cómo cierra contratos internacionales viendo su nivel de inglés); agente de prensa de Fangoria, Silvia Superstar, Dover y mi admirado Marlango (incluso aparece Leonor Watling). Es también vocalista y líder del grupo Nancy Rubias (aunque afirma orgulloso que es playback lo que hacen y que ni saben ni, de momento, quieren aprender a tocar los instrumentos), DJ celebrity (también sin saber mezclar como reconoce), colaborador en El Hormiguero y marido de Alaska, de quien era fan y con quien se casó seis meses después de conocerla.

Lo cierto es que el programa entretenía y enganchaba – si me acordaba y podía verlo cada semana lo hacía, pero tampoco es que perdiera el culo por hacer un seguimiento exhaustivo- y Mario se hace con todo el protagonismo. Le encanta hablar y hablar y no le da vergüenza admitir que no sabe de esto o de lo otro. Y lo que es más importante: cae bien desde el principio. Es un tío natural y divertido. Y no exagero nada si digo que hasta resulta un tío entrañable.

Así que no por admiración sino más por curiosidad hacia la persona (o personaje) de Mario Vaquerizo, cuando cayó en mis manos Haciendo Majaradas no tardé en devorarlo –también es cierto que se lee en un suspiro- y conocer así algo (mucho) más de ésta estrella mediática.

¿Y de qué va Haciendo Marajadas? Pues, parafraseando a su autor, es “una colección de textos, en los que a partir de un recuerdo, una vivencia, una canción, una fobia, un tema, sea de la índole que sea, acabo reflexionando sobre cuestiones universales”.

Y básicamente es así. En unas 200 páginas da un repaso a su vida desde su infancia, en la que estuvo prácticamente rodeado de mujeres; hace una defensa de la frivolidad bien entendida; un alegato a su extrema delgadez; habla de su nostalgia por la tecnología del pasado reciente (no tiene Facebook ni Twitter, le encantan las polaroids y añora los Fotoprix…); aclara su ambigua sexualidad y recorre todas sus filias y fobias. El capítulo final incluye preguntas que algunas de las personas de su entorno le han formulado.

Leyendo Haciendo Majaradas te das cuenta de que Mario Vaquerizo no es ningún tonto. En el reality puede parecerlo en algún momento, o al menos esa es mi impresión, pero leyéndole te das cuenta de que tiene todo bien clarito y que eso es algo que siempre ha sido así porque él ha querido. Te puede gustar o no o estar más o menos de acuerdo con sus afirmaciones pero tiene claro que él va a hacer en todo momento lo que le apetece.

Que el tío es excéntrico queda patente durante todo el libro, pero también es cierto que en la mayoría de los casos tiene toda la razón. Por ejemplo: ¿Quién decide lo que es buen o mal gusto? ¿Por qué algo que ayer era visto con desprecio mañana, al ser reconocido oficialmente con algún premio, ya gusta a todo el mundo? Mario sentencia tajantemente: “hay que ser sincero, tener la mente abierta y reconocer lo que te gusta”. Y esto lo dice un tío que no tiene reparo en mostrar su casa como ejemplo de horror vacui, alguien a quien le encanta ir de mercadillos y perderse en los todo a 100… ¿Y qué? ¿Por qué no? ¿Porque no es convencional? ¿Por el qué dirán? ¿Quién mejor que uno mismo decide lo que le gusta y lo que no? Mario tiene razón. Nos dejamos influenciar demasiado por la corriente mayoritaria, por miedo a quedar excluído de algún grupo de opinión o de llevar la contraria a los grandes gurús, y a eso hay que hacer como dice Thor: “A eso digo no”.
Pensamientos como estos nos encontraremos en éste libro. Sinceridad, chocante a veces, pero sinceridad, y coherencia con sus principios.
Y curiosidades… Un montón. El libro está lleno de ellas, pero no es cuestión de contarlas todas y creo que ya he contado bastante como para animarte a que te leas el libro. ¿O no?

En fin. Yo me he divertido leyéndolo e incluso puedo decir que me ha sorprendido alguna parte y que también he aprendido un par de cosas.
Si tuviera que recomendarlo a alguien sería sin duda a sus fans, pero creo que, como en mi caso, cualquiera (sepa o no sepa quién es Mario Vaquerizo), puede encontrar amena la lectura.
Si todos fuéramos un poco, aunque sólo fuera un poco, como Mario Vaquerizo, tal vez el mundo sería algo mejor. Igual no mucho más, o tal vez no habría diferencia alguna, pero desde luego habría menos hipocresía.

 

4 comentarios en «Haciendo Majaradas (Diciendo tonterías)»

    • ¿Así que lo he conseguido, eh? Me alegro. Bien por mi.
      Como digo, si no me lo hubieran dejado no habría ido buscando esa lectura expresamente, pero cayó en mis manos, empecé a leerlo, y no pude dejarlo.
      Saludos, Sonia (la otra).
      Diego (el mismo).
      😉

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  1. Pues me compré hoy el libro después de ver las dos temporadas de Mario y Alaska, llevándome la misma sorpresa: Mario no es ningún tonto!. Dice cosas que para mi son verdades universales y que la gente se empeña en ocultar. Me encanta lo que llevo de lectura, estoy a punto de terminarlo y de una sola sentada me leí 140 hojas.

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