Reseña del libro “1984”, de George Orwell
Pues como esta vez no nos hacen falta las presentaciones de rigor y, además, sería una fantochada (por mi parte) y una desfachatez (por la suya) que esta tuviera la misma forma que todas las demás reseñas, si le parece, vamos a hablar un rato de otras cosas.
Por ejemplo, qué se yo, del Big Data. ¿Sabe usted en qué consiste? Yo no tengo mucha idea, pero creo que hay alguien por ahí que lo sabe muy bien. Pero también podemos hablar, si quiere, de toda la información que aparece en Google si usted busca ahora mismo sobre usted mismo, sobre su actividad en la red. Lo de la cartelera del cine o las visitas al sex shop, ya me entiende. O si le parece, podemos hablar de ese mágico momento: cuando uno se interesa por esta o aquella marca de vino y, justo al día siguiente, la pantalla del móvil parece la sección de licores del súper. Aunque también podemos charlar, si es lo que le apetece en realidad, de los trolls de David el Gnomo, de los Haters de Michigan o de toda esa siniestra fauna digital, los que fabrican Minutos (y horas) de Odio (y mentira) en Facebook, en Instagram o en los grupos de Whatsapp del colegio, cada día.
¿Qué le parece que haya gente que desaparece sin más, personas “vaporizadas” en las fronteras o en los mares (nostrum)? ¿Sabe usted, realmente, cuántas guerras hay en el mundo en estos momentos, y entre quiénes y por qué? ¿Y qué coño es el Black Friday? ¿Se ha hecho usted alguna de estas sencillas preguntas mientras vuelve a casa sentado en el sofocante y maloliente vagón de metro de cada día, física y mentalmente vapuleado y a las tantas de la noche, con las facturas pendientes de pago y tras pasar diez horas apretando tuercas a lo Chaplin?
¡Vamos, no sea usted perezoso! ¡Conteste! ¡Colabore!
Vale.
Pero tengo una más, y ya le dejo en paz:
¿Alguna vez he leído/escuchado/visto usted por ahí, en los medios de comunicación, en las tertulias televisivas, en Sálvame o el Congreso, que alguien hablara de los invisibles? Sí, ya sabe: los pobres, los excluidos y tal. Los que se ahogan en el mar y todo eso. Los que sufren (que es el título de un libro escrito por Pablo González y que también le recomiendo a usted). Supongo que sabe de quiénes hablo, ¿verdad? Claro que lo sabe. Porque supongo que usted (mente inquieta como ninguna) ha llegado a la misma conclusión que yo (mente obtusa como no hay otra). A saber: que los invisibles no son esos. No. Qué va, ni mucho menos. Los invisibles son otros. Los invisibles son La Troika. Y los que deciden el precio de la luz, el del gas o el del petróleo. Los que suben y bajan cada semana (y cada día y cada hora) los tipos de interés y las primas de riesgo y toda esa mierda que no se cocina directamente en una sartén. Esos sí que son invisibles.
Y ellos, justamente aquí y ahora, son El Partido. El Hermano Mayor.
Sin ánimo de ser pesado (y porque ya hay un artículo que escribí hace unos días sobre el arte de editar libros en España y que puede leerse aquí), sí le tengo que recordar a usted que esta edición de 1984 es una edición Premium. Una edición única, vigorosa y actualizada, con ilustraciones potentísimas y personalísimas a cargo de Luis Scafati, y una traducción sublime de Ariel Dilon. Todo ello, finalmente, da como resultado la más pura orfebrería editorial, a cargo de los amigos del Libros del Zorro Rojo. Una pieza de coleccionista, vaya, ahora que el pasado parece tener más sentido.
No se la pierda.
Pueden conseguir cualquier cosa-vienen a decir Julia y Winston en algún momento de la novela-, pero no pueden meterse dentro de ti.
No creo que a estas alturas vaya yo a hacer ningún tipo de spoiler de este gran clásico de la Historia de la Literatura si le digo que en la novela se demuestra que esto no es del todo cierto. Que también pueden hacer eso.
Incluso eso.
Porque para eso es, básicamente, para lo que se inventó, entre otras cosas, el jodido Black Friday.
¡Feliz 1984, camarada!
Que buena portada. Este libro es intenso pero cuando lo terminas tienes la sensación del trabajo bien hecho.
Efectivamente. Y no sólo la portada. Toda la reedición, con fantásticas ilustraciones a lo largo de la novela, es espectacular. Si te gusta este libro como a mí, es un pecado no hacerse con esta edición.
Gracias por tus comentarios y por seguir Libros y Literatura