Historias extrañas, de Rosa Mulholland

historias extrañasLa literatura gótica nunca pasa de moda. Apariciones espectrales, un páramo solitario, un rayo de luna abriéndose paso entre la frondosidad del bosque… No hay género literario cuya atmósfera sea más atrayente, aunque nos acabe erizando la piel, o precisamente por eso.

Ya hemos recomendado por aquí muchos clásicos góticos por todos conocidos, como Sheridan Le Fanu, Edgar Allan Poe, Angela Carter, Mary Shelley, Henry James o el patrio Gustavo Adolfo Bécquer, pero en esta reseña hablaré de una autora no tan popular: Rosa Mulholland. Al menos yo la acabo de descubrir gracias a Historias extrañas, la selección de relatos publicada hace poco por La biblioteca de Carfax. Sin embargo, en su día, Rosa Mulholland fue recomendada por el mismísimo Charles Dickens, gran admirador de su trabajo, que la ayudó a publicar varias de sus obras.

En ciento setenta y ocho páginas, Historias extrañas reúne cinco relatos que transcurren en la Irlanda rural y están protagonizados por personajes en buena posición social. A veces, artistas; a veces, enfermizos; a veces, las dos cosas. Y las mujeres, por supuesto, son bellas y enigmáticas. En unas ocasiones, de carne y hueso; en otras, tan solo un ideal que parece inalcanzable. Pero, en la literatura gótica, la línea entre lo posible y lo imposible siempre se difumina, y ni los protagonistas ni los lectores saben en qué lado están.

El relato que abre el libro es «El organista maldito de Hurly Burly», que relata la insólita visita que el matrimonio Hurly recibe en mitad de la noche: una joven que desea tocar el órgano guardado en la habitación en la que nadie se atreve a entrar. El segundo relato es «El espectro de Wildwood Chase», la historia de un pintor con la salud delicada que se obsesiona con la mujer que aparece en el cuadro de un amigo. El tercer relato, «Una extraña historia de amor», es el más extenso de la selección, con casi sesenta páginas. En él, el talento artístico amenaza con distanciar a una pareja, pero ni la muerte ni el paso de los años consigue acabar con su amor, o al menos eso cree uno de ellos. En «El fantasma de Rath», un hombre visita a su amigo enfermo que se ha mudado a Rath, un lugar con aire pesado y corrompido, donde por las noches se dan lugar acontecimientos extraordinarios (me fue inevitable acordarme de El resplandor, de Stephen King). Y para cerrar Historias extrañas, «No tomar antes de dormir», la leyenda de una casa llamada Devil’s Inn, en la que las antipatías entre los padres de un coronel y un ermitaño derivan en una venganza.

Solo he querido dar una pincelada de cada relato porque, para mí, lo que cuenta en este tipo de historias no es la trama en sí. Es más, puede que algunos giros resulten previsibles, sobre todo para aquellos que hayan leído mucho de este género, pero lo importante es dejarse llevar por la prosa de la autora y disfrutar de la ambientación paranormal e inquietante de cada una de sus historias. Apuntad a Rosa Mulholland en vuestra lista de clásicos góticos imprescindibles.

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