Humo

Reseña del libro “Humo”, de José Ovejero

Humo

Humo es el primer libro que leo de este autor, y llego a él de la mano, o mejor dicho por el empujón que me da una amiga, la única que tengo en Villena, y que por lo visto ha leído de José Ovejero hasta su carta astral y que le sigue allá a donde va a dar una conferencia… Jejeje

Por lo que les he adelantado, comprenderán que no puedo decirles si es mejor o el mejor de los libros que ha escrito hasta la fecha, pero sí que es uno de esos libros que ya he dejado anotado en mi libreta para programarlo en el Club de lectura que coordino.

¡Pedazo de libro! Historia atemporal de alta literatura que así, ya de entrada, les diré que emociona hasta la médula, que reconoces al ser humano desprovisto de todo lo accesorio, somos lo que somos. Somos seres humanos y reaccionamos como tales.

Ya ven que vengo con toda la artillería para convencerles de que leer Humo merece la pena, no quiero que lo dejen escapar pensando que lo pondrán en la lista de lecturas que irán llegando ¡NO! Yo les conmino a que lo lean ya, sin pérdida de tiempo, y no para poder comentar con el resto del mundo que lo han leído y que quieren que ellos lo lean, sino para poder mirarse en el espejo y reflexionar sobre como actuamos ante la vida cuando lo único que importa es la propia vida.

Y no, no crean que aquí está Susana con sus lecturas raras que cuesta leer…, no, les he dicho que es alta literatura y eso quiere decir que es una lectura hermosa, apasionante, que cuenta una historia con unos personajes a los que no pondrán nombre pero a los que, sin duda, no podrán olvidar. No sabía que el autor era también poeta, tras su lectura puedo decirles que se nota en su narrativa, es bella y suena muy bien, es como el agua del río cuando va pasando, por muy transparente que parezca siempre deja poso en el fondo y va dando forma al cauce.

“La noche será larga. Mi odio se derrama por el suelo de madera, anega la cabaña, me deja sin respiración…”

Apasiona leer a un autor que con una mujer y un niño, que no son madre e hijo, crea un mundo. De ellos no sabremos ni pasado ni nombres. No sabremos porqué están allí… El autor, José Ovejero, ha manifestado que Humo No es una novela de ideas, sino de sensaciones”, sin embargo yo les aseguro que hay historia, que a través de esa mujer que no quiere tener sentimientos vamos a vivir una historia y vamos a vivirla a través, precisamente, de esos sentimientos.

Vivir el presente, sobrevivir a lo que cada uno crea que ha podido llevar a esa mujer a vivir en una cabaña en medio de la nada, donde entrevemos el deterioro de la naturaleza, y con él, el propio deterioro de la vida y de los seres humanos que probablemente han quedado habitando esa tierra.

No, no es una novela escrita durante la pandemia, la terminó en 2019. Eso me alegra, aunque tampoco sabría explicar muy bien porqué; supongo que así veo que hay escritores que siguen teniendo una mirada hacia el mundo que les inspira historias de ficción, que no tienen porqué ser distopías, ni realismo, ni ficción pura.

Para mí ha sido una novela de preguntas, y probablemente, y me gusten más o menos, de mis propias respuestas.

¿Hasta dónde puedo llegar? ¿Qué sería capaz de hacer por sobrevivir? ¿Realmente el ser humano puede desprenderse de sus sentimientos para sobrevivir?

Pero estoy segura de que a cada uno de ustedes les va a sugerir preguntas particulares, personales… Me ha recordado cuando leía a los clásicos y aprendí a preguntarle a los personajes por sus actos, y he pensado que tendré que dejarlo en esa estantería, con ellos, para que el libro me demuestre que en sus relecturas aparecerán nuevas preguntas y probable o necesariamente varíen algunas de las respuestas a aquellas preguntas que hoy han surgido con su lectura.

”Elegir lo que no es razonable, ceder a un capricho, aunque no sea el mío, me hace sentirme dueña de mi vida. No es algo que pueda decir muchas veces”

Pues ya ven, una vez más vengo a recomendarles que se hagan con este libro, que lo lean y que lo exploren, de eso al fin y al cabo trata la literatura, de recordarnos a través de las palabras que somos seres humanos y vivimos del arte, ese que nos ha convertido en lo que somos cuando somos buenos, cuando nos humanizamos, ese arte que no quiere críticos de arte, porque el arte es capaz de sobrevivir a pesar de ellos 😉

Lean, disfruten del verano y de la vida… Que puede ser que mañana ya sea más difícil ser feliz.

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