Piel de dragón

“Piel de dragón” de Jordi Bayarri

Piel de dragón
100 págs. Color. 12 €
Colección Balas Perdidas 11
Aleta Ediciones
Rústica
Número único

Tuve la suerte de conocer a Jordi Bayarri en el último Expocomic. Ahí me firmó su M, de minishorts y me dibujó una sexy Harley Quinn (¡gracias, Jordi!), y, aunque no había leído nada suyo hasta este Piel de dragón,  sí conocía sus dibujos ( a ver si os creéis que voy por ahí pidiendo dibujos a cualquiera…).

Aquí Bayarri se lo guisa y se lo come todo él solito: guioniza, dibuja y colorea. (¡Incluso tiene obras que se autopublica!) Y por si fuera poco lo hace bien.

Piel de dragón vio la luz en 2004 y ahora Aleta Ediciones redistribuye toda la saga. (Porque, aunque la lectura de Piel de dragón puede verse como independiente es también un “tomo 0” de su serie Entre tinieblas).

En Piel de dragón hay elementos que nos son familiares si hemos visto buen cine, principalmente de los ochenta: Willow, Conan, Excalibur, Lady Halcón… una mezcla de todo, pero con algo más: el toque Bayarri.

¿De qué va el cómic? Beryl, un hombre que se nos presentará en las primeras páginas ocultando su rostro (¿qué esconde?, ¿le gusta hacerse el misterioso?) va en busca de un mago que le ayude a resolver un problemilla, que, lógicamente, no puedo contar. Pero la cosa no es tan sencilla. A Beryl le persiguen unos mercenarios, los Llhÿr, a sueldo del rey Ragan que le quieren vivo, mientras que, por otra parte, también va tras él un grupo de asesinos que le quiere muerto. Algo habrá hecho…

A esta búsqueda se les unirá Theera, -el elemento femenino necesario-, aprendiz de hechicera (que es lo mismo que una bruja pero sin verrugas ni piel verde y zumbable, vaya) y un ejemplar de vividor-follador de nombre Ávalar y raza élfica (pues eso, que tampoco falten los elfos, aunque sea en esta original vertiente pornofestiva).

No se puede contar mucho más sin entrar en el terreno de los espoilers. La historia es amena, muy entretenida, con un ritmo muy ágil, un tratamiento hábil y tiene unas cuantas sorpresas, -cosa muy de agradecer más aún siendo una de las primeras obras (concretamente la segunda) de este artista todoterreno-. Porque eso es lo que deberían hacer los jóvenes autores: dar la sorpresa, arriesgar en sus historias. No es fácil, pero Bayarri lo consigue. Coge los elementos típicos y familiares del universo de capa y espada y los mezcla logrando crear algo nuevo, haciéndonos recorrer un camino que ya creíamos tan conocido como para andarlo con los ojos cerrados y ahí donde nunca hubo más que una cañada gris y rutinaria coloca una montaña, un cruce o un riachuelo y nos altera el sendero. Eso es Piel de dragón: aventura clásica pero al mismo tiempo renovada y hecha con mucho cariño.

El dibujo es limpio y, aunque hay quien lo tilda de infantil yo diría que es sencillo, claro, fácil de entender.

Otros aspectos que llaman la atención son, por ejemplo, el diseño de  Alunk, la ciudad de los mercenarios, que me recordó a una de las escenas de Indiana Jones y la última cruzada, en la que aparece la ciudad de Petra; la originalidad de tener una espada sin necesidad de portarla (con lo aparatosas que son…), el humor, sobre todo en forma de elfo y el cameo de las dos muchachas de Magia y Acero, entre otras cosas.

En definitiva, un cómic muy recomendable tanto por el buen rato que te hace pasar como por el orgullo de ser un cómic patrio y más aún, una obra, repito, en la que el autor ha hecho de todo.

Si os gusta la fantasía y no lo habéis leído… no tenéis perdón. Y luego seguid con Entre tinieblas.

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