Un reino de carne y fuego

Reseña del libro “Un reino de carne y fuego”, de Jennifer L. Armentrout

Un reino de carne y fuego

De sangre y cenizas fue mi mejor lectura del año pasado, por lo que las ganas de leer su continuación, Un reino de carne y fuego, eran tremendas. Y hoy os traigo la reseña, que ya os adelanto no ha sido nada fácil de escribir por todas las cosas que quiero transmitiros y por todo lo que me ha hecho sentir la novela.

¡Allá vamos! Jennifer L. Armentrout me ha vuelto a enamorar, a conquistar y a enganchar con la historia de Poppy y Hawke, que continúa exactamente en el mismo punto donde terminó el primer libro. Ese final fue abrumador, de verdad os lo digo, y voy a tener que morderme la lengua muy mucho y repasar todas y cada una de mis palabras a lo largo de esta reseña para no haceros sin querer ningún spoiler. Eso sí, si no habéis leído De sangre y cenizas, no conviene que leáis los dos siguientes párrafos, lo siento.

La vida y la situación de Poppy ha cambiado mucho. Ahora ya no es la Doncella. Ahora va de camino a un lugar que desde pequeña le han enseñado a temer, acompañada de su mayor enemigo y al mismo tiempo su salvador y amante. Poppy le odia pero no puede obviar sus sentimientos hacia él. 

Hawke nos ha engañado a todos y ahora el príncipe Casteel nos seduce y nos asusta a partes iguales. Todos somos Poppy y la autora consigue que nos planteemos si deseamos acostarnos con él o asesinarlo, o quizás ambas cosas respetando un orden, ¿no?

El caso es que no he podido disfrutar más de este segundo tomo. El comienzo es sencillamente perfecto, visceral y brutal, la autora no se anda por las ramas y la sangre abunda ya en las primeras páginas. Después de ello, todo es un no parar de giros sorprendentes y diálogos llenos de tensión sexual, ira y rencor, pero que según avanza la trama, se van convirtiendo en otra cosa, en algo más profundo, en una necesidad entre los protagonistas.

También me ha encantado que la edición en castellano haya incluido en esta ocasión un mapa —sí, ya me dijeron que en el primer tomo no se incluyó para evitar spoilers—, y ¡vaya mapa! Ahora sí que sí podemos perdernos por Carsodonia, Masadonia y Atlantia. 

Por otro lado, Jennifer L. Armentrout ha hecho un gran trabajo profundizando en la historia de Casteel y despejando las incógnitas que nos quedaron al terminar el anterior libro y proponiendo nuevas que nos harán perder la cabeza y ansiar con fervor la tercera parte, Una corona de huesos dorados, que por suerte vendrá de la mano de Puck en mayo de este año.

Además, a pesar de no ser un libro con muchos personajes secundarios ni que se centre en ellos, sí puedo recalcar que hay uno, Kieran, ese inquietante y leal wolven, que estoy segura dará mucho que hablar por sus actos, por su protagonismo y por el papel que desempeña entre Poppy y Casteel.

¿Y qué decir del worldbuilding? Una delicia compleja que nos sumerge en diferentes sociedades donde la religión siempre tiene un papel importante. Un mundo de criaturas rabiosamente terroríficas que no dejan de recordarnos a los vampiros, zombis y licántropos, junto con esos atlantianos tan originales y especiales que no entran en ninguna de las categorías anteriores.

En definitiva, esta grandiosa segunda parte no debería asustaros a pesar de sus casi ochocientas páginas. Os aseguro que una vez que la empecéis, las páginas van a volar delante de vuestros ojos y vais a caer rendidos ante los encantos de Casteel Da’Neer y ante una Poppy que va evolucionando en cada capítulo, que desafía al destino y a los prejuicios y se va haciendo más fuerte a pasos agigantados, que va aprendiendo de las pruebas que le pone la vida y estará dispuesta a desentrañar misterios, a abrazar su don, a abrirse de mente poco a poco a pesar de la educación que ha recibido y lo que le han enseñado siempre a creer y temer, a destapar secretos sobre los Ascendidos y sobre los atlantianos, sobre su propio hermano  y sobre Malik.

Así que, amantes de la fantasía, el romance, la sangre, el sexo y la pasión, las criaturas sobrenaturales, los crushes duros, dominantes, sexis e implacables y las heroínas aparentemente modositas que esconden guerreras violentas, no podéis perderos esta saga con una continuación tan magnífica como Un reino de carne y fuego.

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