El chico que nunca existió , de Sjón

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Título: El chicho que nunca existió

Autor: Sjón
Traducción: Enrique Bernárdez
Editorial: Nórdica
Páginas: 157
ISBN: 9788416440566

Siempre es un placer leer a Sjón:

“La noche es tranquila y fresca. Desde la distancia llega el estruendo de una motocicleta. El chico ladea la cabeza para apreciar mejor el sonido. Tiene la cabeza quieta, calcula la distancia, escucha para comprobar si la moto se acerca o se aleja, si circula por llano, sobre la hierba o en la ciénaga, o si ha subido por la cuesta de piedra desde el lado de la ciudad…”

Así empieza esta historia que no dejará, desde luego, indiferente al lector, y no es una frase hecha para poner en una reseña, es una realidad que se mantiene de principio a fin de esta novela. Cada paso adelante que da el autor es una nueva imagen y un mayor acercamiento al lector de lo que fue la sociedad Islandesa de principios del siglo XX.

Es el año 1918, la sombra de la guerra aún todo lo cubre. Lo que nadie espera es que la peste española sea la que finalmente cubra de luto las zonas a las que la guerra no había llegado con su manto negro. Islandia está a dos meses de su independencia de Dinamarca cuando se inicia esta historia de Mánni Steinn, ese chico que nunca existió.

En ocasiones vemos como la literatura ha sido capaz de salvar la integridad mental de niños que estaban sufriendo lo que ninguna mente adulta hubiese sido capaz de superar. El mundo de fantasía que han sido capaces de construirse gracias a las lecturas, en el caso de nuestro chico es a través del cine, les ayuda a ir más allá de un mero sobrevivir. Vio su primera película a los 11 años, era 1913. Sí, el cine salvo a nuestro protagonista, vivía en las películas. Las artes, en general, son capaces de acompañarnos, de sanarnos, de mantener nuestra mente en acción cuando la vida no solo no nos da nada, sino que intenta robarnos lo poco que habíamos atesorado.

Salvar la vida en tiempos de guerra puede ser suerte, haberla conservado mientras te dedicas a salvar a otros enfermos o a retirar los cuerpos putrefactos de los fallecidos por peste, ya acarrea algo más que suerte. El mundo está lleno de gente que nos mata y de gente que nos salva. La vida no es cine, ni es literatura, pero podemos vivir en ellos… Y de ellos.

Sjón dedica este libro a su tío Bosi, muerto de SIDA en 1993. No puede ser este un libro más, es un libro extraordinario, un libro en el que pasas de no ser nada a ser todo, como en la vida, como en los sueños…

Cada vez que leo a Sjón recuerdo que la literatura es un arte. Se nota su poesía, su innovación, su buen hacer, en este caso, más que en otras, la proximidad al lector, querer ser comprendido al menos en esa primera capa lectora. Acabar la novela le da sentido a toda la historia.

Quizá en esta novela huye de la mitología y nos adentra en una realidad pasada que nunca existió.

Susana Hernández

2 comentarios en «El chico que nunca existió , de Sjón»

  1. El único libro que he leido de él, es verdad que hay mucha mitología, y la utiliza con mucha originalidad, así que no me extraña que este libro, no teniendo lo que intuyo por ese comentario que debe de ser un rasgo que lo define, tiene que ser incluso mejor.
    La literatura es una maravilla, es lo que dices, cuando te dedicas a disfrutarla, te permite trasladarte a donde hayas elegido en función del libro elegido, o a modo de sorpresa dejarte llevar si no sabes bien qué tienes entre manos.
    Como veo que te ha gustado mucho, y yo soy muy facilona, jeje, éste me lo compraré en la próxima feria del libro.

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    • Pues sí, Icíar, sin lugar a dudas, puedo decir que este libro ha de gustar a quien le guste leer, y a quien le guste que lo que lee le hable, le resulte instructivo y entretenido y comprensible ¿Se puede pedir más? Sí Sjón tiene otros libros, otros mundos en los que sumergirse, pero este me ha dejado satisfecha.

      Besicos !!

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