American Royals, de Katharine McGee
Tres jóvenes. Una chica a la que le gustaría tener una vida normal y sus hermanos mellizos, que hacen lo que les da la gana porque ellos nunca llevarán el peso de la corona sobre sus cabezas. Y no solo eso, sino que Beatrice, descendiente de George Washington, será la primera mujer que reinará sobre la nación más importante del mundo: los Estados Unidos de América. ¿Bienestar propio o bienestar nacional? ¿Qué elegirá? ¿Estará a la altura?
Katharine McGee parte de esta premisa para adentrarnos en una realidad alternativa que tiene lugar siglos después de que George Washington aceptara ser el primer rey de Estados Unidos después de ganar la Guerra de la Independencia.… Leer la reseña completa del libro "American Royals, de Katharine McGee" “American Royals, de Katharine McGee”
Imaginaos que estáis en Nueva York, es Navidad, y os encontráis deambulando por los pasillos de una de vuestras librerías favoritas a la caza de vuestra próxima lectura, de repente lo veis, su lomo rojo resalta entre todos los demás, y como si fuerais un imán atraído por la irresistible fuerza de un campo magnético alargáis el brazo y lo cogéis. Pero, no se trata de un libro, sino de un cuaderno rojo, ¿qué hacéis? La respuesta creo, es obvia: abrís el cuaderno y seguís sus instrucciones.
Curiosamente, lo que me llamó la atención de El día de las ballenas, de Cornelius y Tommaso Carozzi, es que no contenía ni una sola palabra. Solo ilustraciones. Pero menudas ilustraciones, bastaba con ver la portada. Eso, unido a que lo publicaba Océano Travesía, que siempre edita maravillas para los más pequeños (como es el caso de 
El próximo mes de Octubre, concretamente el día 20, se cumplirán 100 años del nacimiento de Gianni Rodari. Si usted no conoce todavía al genio del Piamonte le diré que tiene dos opciones. Una es mirar en la Wikipedia, así en plan rápido. Ahí hablan de un pedagogo (¿pero qué coño es eso?), de un maestro de escuela o de un periodista que se hizo comunista y tal y cual y pascual. Yo, sin embargo, le recomiendo la otra opción: la de leer su extensísima obra y descubrirle directamente en ella. Y si, además, esa lectura la realiza usted en compañía de un niño de ocho o nueve años, pues mucho mejor aún.… 
Si tuviera que definirme, en la lista de adjetivos no podría faltar «nostálgica». Me atrae todo lo que me recuerde a otros tiempos, en especial, 